El registro de las ausencias (2024)
Todo se registra, aunque sea en otras partes. La historia se debe leer a través de los huecos, de las domesticidades y de la cotidianidad. El registro de las ausencias conversa con lo indeleble, con lo que no figura en las grandes narrativas pero permea, mancha y escurre entre huecos y grietas.
Cual cartografía, la cotidianidad debe leerse con volumen. Como una cutícula, como un mantelito que implora ser levantado para mostrar que los huecos son constitutivos.





